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Hace solo unas semanas, publicabamos un artículo sobre el Certificado de Eficiencia Energética y su utilidad de cara a obtener viviendas más eficientes -energéticamente hablando-, y con menores emisiones de CO2; e inevitablemente salió a colación el tema de las Passivhaus. Ya que como indica el título de este artículo, lo que parecía un prototipo de vivienda del futuro, se ha convertido en una realidad del presente. Hasta tal punto, que he sentido la necesidad de escribir este otro artículo, para explicar qué son, cómo funcionan y la proyección que tienen actualmente en el mercado este tipo de construcciones.

Passivhaus -o casa pasiva, que viene a ser su traducción al español- es un estándar de construcción de edificios energéticamente eficientes, con un elevado confort interior y que suponen un ahorro energético de hasta un 80% con respecto al consumo medio de una vivienda “normal” al uso. Y por tanto, no es una marca comercial, sino un concepto de construcción internacional, que ya lleva implantado más de 20 años; con independencia de que en España sea algo relativamente novedoso.

El motivo para que se les considere “pasivas”, es porque utiliza esas fuentes naturales emisoras de calor o frescor que nos rodean -dependiendo de la estación o época del año en la que nos encontremos-, evitando así el uso de la calefacción, el aire acondicionado o luz artificial; gracias a elementos como ventanas de triple acristalamiento, marcos altamente aislantes y otros, que como profano en esta materia, prefiero que sea un técnico versado en la misma, quien lo explique.

En ese sentido, le he pedido a nuestro colaborador Paco Rodriguez que es Dr. Arquitecto e Ingeniero de Caminos, además de experto en este campo del Passivhaus -que digo yo, que algo más que nosotros sabrá de esto-, para que sea él quien nos explique con más detalle qué ventajas aportan este tipo de construcciones, y que viabilidad económica tiene para una familia “tipo” española, el apostar por un proyecto de estas características.

Casa pasiva esquema

Según Paco Rodriguez: “El estándar Passivhaus, más que una etiqueta que se le cuelga a la vivienda para marcarla como más sostenible, se trata de una nueva filosofía no solo de construcción, sino de vida para los inquilinos que la habitan. Debido a los efectos evidentes del cambio climático, se hace cada vez más necesario, no solo reducir el consumo de la energía, sino de preservar la que de forma natural encontramos en nuestro entorno, siendo éste un nuevo hábito que puede generarnos muchos beneficios.

Para dicho propósito, Passivhasus plantea desarrollar edificios más inteligentes en los que se cuida especialmente la piel que envuelve la construcción, de forma que las pérdidas de energía sean mínimas (se suele plantear como ejemplo ilustrativo el de un recipiente térmico capaz conservar largo tiempo las bebidas frías o calientes). Además se desarrolla una circulación del aire interior-exterior muy cuidada, que además de mantener una temperatura de confort sin necesidad de calefacción, asegura la calidad del aire que respiramos.

Si bien a priori se podría pensar en una construcción mucho más costosa, se demuestra que la construcción Passivhaus implica sólo un 10% de inversión adicional respecto a lo que exigen las normas de edificación en España. Así, con los niveles de ahorro que el estándar implica, dicha inversión se habrá recuperado ya en el séptimo año y multiplicándose los beneficios por 20 veces a lo largo de 50 años.

En definitiva, el desarrollo de viviendas y otros edificios mediante este estándar, se convierte en una apuesta de futuro muy interesante desde el punto de vista económico y de confort, y donde el único requisito para garantizar el éxito de la construcción, sería contactar con una empresa especialista acreditada por el Instituto Passivhaus, habiendo cada vez un número mayor en España”.

People inside PH

Bien, pues una vez explicadas todas los beneficios y características esenciales de este sistema constructivo; vemos que ocurre como al principio con casi todos los avances tecnológicos e innovaciones que se introducen en el mercado, y todavía se encuentra en fase de maduración por parte de los consumidores. Siendo muy habitual el que nos lleve tiempo mentalizarnos de las ventajas reales que conlleva, antes de empezar a adoptarlo tanto a nivel normativo como práctico en nuestras edificaciones. De hecho, en el año 2017 apenas llegaban al 1% el número de edificios construídos bajo este estándar- según la PEP (Plataforma de Edificiación Passivhaus)-.

No obstante y como decía Paco Rodríguez, cada vez son más los técnicos y empresas especializadas y homologadas bajo este estándar en España, por lo que haciendo una vez más referencia al título del artículo, parece que las Passivhaus son ya una realidad y no cosa del futuro.

ESCRITO EN COLABORACIÓN CON: Francisco J. Rodríguez Lorenzo (Grupo Nacimiento) http://www.gruponacimiento.com