En primer lugar, me gustaría dejar claro que este artículo no va de política, sino de Marketing. Y si has “pinchado” en el enlace y has empezado a leerlo, coincidirás conmigo en el poder que tiene un buen cartel y una buena creatividad, para ayudarte a atraer a tu público objetivo. En mi caso -debo confesar-, que mi intención no era otra, sino que hicieras click y empezaras a leerlo. Ahora ya, puedes seguir leyéndolo o no.
Y claro, al igual que pasa con el comercio en general -donde la decisión de compra cada vez más, la tomamos de forma emocional y no racional-, en esto de la política también nos dejamos llevar cada vez más por las emociones. Por ende, si lo que se persigue es conseguir mayor número de votos, parece de cajón, que hay que apelar a esas emociones de los votantes para conseguir un buen resultado.
Esto del Márketing Político parece que lo han entendido unos partidos más que otros, y claro, así les ha ido en las recientes elecciones. En mi caso, que debo de reconocer que soy un poco “friky” de esto del Marketing, siempre me gusta estudiar las campañas desde esa óptica. Y por eso, analizo la creatividad usada por los diferentes partidos, jugando a adivinar qué les ha llevado a usarlas, y la posible estrategia de Marketing que hay detrás. Que le vamos a hacer, como gustos hay colores.
Una de las máximas del Marketing es precisamente diferenciarse de la competencia. En ese sentido, si analizamos la imagen que hay justo encima de estas líneas, diferenciarse…. lo que es diferenciarse…. como que no. Vamos, la corbata y poco más. Está claro que si buscan acaparar un público objetivo de más edad o más tradicional, podría tener sentido. Pero si buscan un target de gente más joven, parece que se lo van a tener que currar un poco más. Esto de la foto “sonrisa profident” está ya muy visto.
El caso de éxito de marketing político más sonado de los últimos años, fué la campaña de Obama en las elecciones estadounidenses de 2008 y su famoso eslogan de “Yes, we can“. Sin duda marcó un antes y un despúes, y ha servido de referencia a muchísimas candidaturas en el mundo entero desde entonces. Sin ir más lejos, la última campaña de Pedro Sánchez tiene un parecido más que razonable con la misma.
Además, en esa campaña de Barack Obama se “descubrieron” las redes sociales como arma masiva de comunicación política, demostrando su eficiencia en comparación con los medios tradicionales. De hecho, consiguió que se reprodujeran sus vídeos durante más de 14 millones de horas y de forma totalmente gratuíta. Esto mismo, a través de la televisión les hubiera costado cerca de 50 millones de dólares.
En definitiva, vemos como los tiempos cambian, la gente evoluciona, y el perfil del nuevo votante también. Philip Kotler -considerando uno de los padres del Marketing- tiene una frase muy buena que dice: <<Lo más importante es predecir hacia donde van los clientes y pararse delante de ellos>>. Pues bien, si cambiamos lo de “clientes” por “votantes”, parece que ese camino ya lo ha marcado el electorado. Ahora, será cuestión de ver quién está dispuesto a pararse ahí y quien no.