Portada Prestamo personal

Recuerdo un profesor de finanzas que tuve en la facultad, y la respuesta que nos daba cada vez que alguien le preguntaba alguna duda acerca de cualquier fórmula financiera: “Tranquilo, que cuando en vez de ser un ejemplo de pizarra sea tu propio dinero, lo vas a entender perfectamente”. Y claro, con el paso de los años y la experiencia, aquella frase hecha -que entonces me pareció una clara evasión de su responsabilidad docente-, ha ido cobrando cada vez más sentido y a día de hoy, la suscribo absolutamente.

Pues bien, esas dudas no son ni más ni menos, que las que nos surgen a cualquiera a la hora de contratar un producto financiero, y en el caso de la financiación de una vivienda, no es menos. Por tanto, ante la pregunta que da título a este artículo: ¿Pido una hipoteca o un préstamos personal?, mi respuesta es: depende de diversos factores. Principalmente serán el importe que necesitamos financiar, el plazo en función de nuestra capacidad de reembolso mensual y el tiempo del que dispongamos para realizar la inversión.

Por eso, a lo largo de este artículo, vamos a analizar cuáles son esos factores y cómo afectan a nivel de costes -que al final es lo que nos interesa- antes de tomar  una decisión en un sentido u otro.

 

IMPORTE A FINANCIAR

Siempre que pidamos entre 30.000€ y 40.000€, lo que más nos va a interesar es un préstamo personal. De hecho, la mayoría de entidades financieras no tienen en su porfolio, hipotecas de viviendas por debajo de ese importe. Esto es así, porque los gastos que suponen para ambas partes la constitución de una hipoteca, harán que por muy competitivo que sea el tipo de interés, no compense.

Como ya vimos en un artículo anterior -y por eso no nos vamos a extender mucho en este punto-, son varios los Gastos e impuestos asociados a la compra de vivienda, y como detallamos en el mismo, se van a situar entorno al 10% del valor de compra si pedimos una hipoteca. Sin embargo, en un préstamo personal, el único coste sería el de la intervención del notario, que rondará un 0,3% de arancel sobre el importe a financiar.

 

TIEMPO DE TRAMITACIÓN

Otro factor que determina mucho la elección es el procedimiento de tramitación en la entidad financiera que elijamos. Ya que, mientras para un préstamo personal se pide solo documentación básica como nómina, contrato laboral y algunos otros datos personales. En la tramitación de una hipoteca hacen un estudio de riesgos más exhaustivo y este lleva su tiempo, que entre unas cosas y otras no suele ser inferior a un mes. Por tanto, dependiendo del tiempo del que dispongamos para materializar la operación, nos interesará una opción u otra.

 

PLAZO Y CUOTA VAN DE LA MANO

Por supuesto -y esto es matemática básica elemental-, si disponemos de más años para pagar algo, lógicamente, las cuotas mensuales van a ser más pequeñas que si apretamos ese plazo.

Veamos a continuación una tabla comparativa, en la que hay un cálculo comparativo para un importe de 60.000 €, aplicando las condiciones tipo para un préstamo personal a 8 años, y las de una hipoteca a 20 años:

 

Prestamo Vs hipoteca

 

Como se puede ver en este ejemplo, el coste total para una hipoteca es bastante superior al del préstamo personal, pero claro, también nos sale una cuota mensual mucho más alta en el caso del préstamo. Por tanto, dependiendo de nuestra capacidad de reembolso mensual, es decir, si podemos destinar esos más de 800 € al mes para el pago del préstamo o no, podremos decantarnos por la primera opción, o por la segunda.

Sin embargo, si en vez de 60.000 € hiciéramos esa misma simulación para 90.000€ ó 100.000 €, ya si compensaría pagar esos gastos de constitución de la hipoteca, ya que por una parte estaríamos pagando un tipo de interés mucho más bajo -actualmente se encuentran incluso por debajo del 2%-; y por otra, estaríamos comparando una cuota mensual de más de 1.000 € en el caso del préstamo personal, frente a una cuota de poco más de 400 € en el caso de la hipoteca.

 

Yendo al banco

 

Así las cosas, conviene hacer un estudio financiero dependiendo de la vivienda a adquirir y de nuestro perfil, con objeto de optar por la opción más idónea para nosotros. De hecho, siempre recomiendo a mis clientes acudir al banco con anterioridad a empezar la búsqueda de vivienda, para no crearse falsas expectativas que una vez metidos en faena, le puedan causar algún tipo de frustración.

De esta forma, y una vez superado ese primer paso, ya solo nos queda ir a comprar nuestra casa de forma tranquila y con la seguridad de que la financiación no será ningún problema.